REAL, VENERABLE E ILUSTRE HERMANDAD DE PENITENCIA Y COFRADÍA DE NAZARENOS DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN, MARÍA SANTÍSIMA DEL SILENCIO, NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO EN SUS MISTERIOS DOLOROSOS
CORONADA Y SAN ANTONIO MARÍA CLARET
(Cofradía de Estudiantes)
Real Iglesia de San Pablo
–CÓRDOBA-
NOTAS sobre la HISTORIA de la Real, Venerable e Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Silencio, Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada y San Antonio María Claret.
1.- Origen de la corporación.-
El origen de la corporación se sitúa en el convento franciscano de San Pedro el Real -popularmente conocido con el nombre de San Francisco-, donde en el siglo XVII y bajo la advocación de San Diego y San Acacio, se funda una cofradía con el fin de rendir culto al Santísimo Cristo de la Expiración.
El Santísimo Cristo de la Expiración es una imagen de autor anónimo, de estética granadina, muy próxima a las obras de Pedro de Mena, ejecutada en los primeros años del siglo XVII, que representa el momento en el que Jesucristo, en la cruz, exhala su último aliento encomendando su Espíritu al Padre.
Entre los años 1605 y 1615 se erige en torno a dicho Crucificado la cofradía de San Diego y San Acacio, corporación abierta a todos los grupos sociales de la época e integrada tanto por hombres como por mujeres. La presencia de una cofradía de advocación no pasionista en la Semana Santa de Córdoba, no constituye una excepción, siendo coetáneos a su fecha fundacional otros casos, como el de la cofradía de Nuestra Señora del Rayo en la parroquia del Espíritu Santo o el de la cofradía de las Ánimas del Purgatorio y San Nicolás de Tolentino en el convento de San Agustín, no obstante, en las primeras décadas del siglo XVIII y debido al intenso fervor que en el pueblo de Córdoba despertó la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, la cofradía pasó a conocerse con el nombre de la advocación de la imagen titular, es decir, COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN.
Desde su fundación y hasta el año 1657 la cofradía realiza estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral el Jueves Santo. A partir de 1658 la estación de penitencia se desarrolla el Viernes Santo, si bien, fue necesario suscribir con fecha 20 de marzo de 1660 una concordia con las cofradías del Santo Sepulcro, de Nuestra Señora de las Angustias y de Nuestra Señora de la Soledad, para que se reconociera el derecho de la cofradía de San Diego y San Acacio a realizar, estación de penitencia el citado día.
El cortejo estaba formado por cinco pasos, que eran, el Santísimo Cristo de la Expiración -titular de la hermandad-, Dolorosa bajo la advocación de Nuestra Señora de la Estrella, San Diego de Alcalá con la cruz, San Juan y la Magdalena, las imágenes iban acompañadas por penitentes de luz y sangre, que vestían túnica y cubrerrosto.
Hasta el año 1740 la corporación goza de un dinamismo y pujanza indudables, acometiéndose en dicho período proyectos de gran envergadura, como el dorado del retablo en el cual se rendía culto al titular, encargo que se realiza en 1708 al artista Pedro de Cobaleda, sin embargo, la política de signo ilustrado llevada a cabo por los sucesivos Prelados de la Diócesis de Córdoba y las medidas adoptadas por la Corona, que pretenden suprimir ciertas manifestaciones de religiosidad popular de corte barroco, consideradas irreverentes y faltas de autenticidad, truncan el periodo de bonanza y hacen que la hermandad de la Expiración a partir de los años cuarenta del siglo XVIII, se vea inmersa en una fase de decadencia, que se agudiza con el transcurso del tiempo, y que tiene como primera consecuencia que en torno al año 1780 la cofradía deje de realizar estación de penitencia.
La invasión de las tropas francesas, que obligó a la comunidad franciscana a abandonar el convento de San Pedro el Real, y posteriormente, el reglamento sobre procesiones de Semana Santa publicado en 1820 por el Obispo Pedro Antonio de Trevilla, fueron determinantes y causa última de la inactividad en la que se vio inmersa la hermandad.
Hay que señalar que esta inactividad únicamente afectó a la cofradía en su aspecto institucional, ya que a su titular, el Santísimo Cristo de la Expiración, el pueblo de Córdoba, nunca dejó de rendirle culto, sin decrecer en ningún momento la fuerte devoción que le profesaba, sustentada, en gran medida, en los milagros y prodigios que en épocas anteriores le fueron atribuidos.
2.- Reorganización de la Hermandad en la Real Iglesia de San Pablo.-
En el año 1904 tiene lugar un hito que marcará la futura historia de la hermandad de la Expiración, cual es la llegada de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María a la Real Iglesia de San Pablo, templo que tras su restauración, recuperaron para el culto salvándolo del avanzado estado de ruina en el que se encontraba.
La comunidad claretiana movida por el deseo de que en dicho templo fuera objeto de veneración una imagen religiosa que gozara de una fuerte devoción popular, solicitó al rector de la Iglesia de San Francisco y San Eulogio de Córdoba -antiguo convento franciscano de San Pedro el Real-, la entrega del Santísimo Cristo de la Expiración, el rector de la citada iglesia accedió a la petición, y previa autorización episcopal, hizo entrega de la imagen el día 25 de marzo de 1904.
Asimismo en el año 1905, tras una donación recibida, llega a la Real Iglesia de San Pablo la imagen de María Santísima del Silencio -que en la citada fecha recibía culto bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores-, configurando desde dicho momento junto al Santísimo Cristo de la Expiración la escena del “Stabat Mater” que, tras el transcurso del tiempo, aún podemos admirar tanto en su capilla como en el paso procesional.
María Santísima del Silencio es una imagen de autor anónimo, de estética granadina, tallada en el siglo XVIII, que representa a María abatida por el dolor, inclinando su cabeza y recogiéndose en sí misma.
Desde su llegada a la Real Iglesia de San Pablo, el Santísimo Cristo de la Expiración no deja de ser objeto de culto. Por un lado, la comunidad claretiana, además de celebrar a lo largo del año distintas fiestas en su honor, le dedica un septenario en cuaresma, acto cultual que se iniciaba con el devoto ejercicio de la “Vía Sacra”, seguido de la lectura del septenario y finalizaba con sermón a cargo del predicador, por otro lado, la devoción popular hacia el Crucificado, hizo que la imagen, aún careciendo de cofradía o hermandad debidamente organizada, participara el Viernes Santo de 1918, únicamente acompañada por fieles y devotos, en la procesión oficial del Santo Entierro.
El fervor popular del que gozaban Nuestros Sagrados Titulares motivó que el día 7 DE ABRIL DE 1918 se reorganizara la primitiva cofradía de San Diego y San Acacio, esta vez bajo el título de HERMANDAD DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN Y MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES, siendo éste el acto constitutivo de nuestra corporación tal cual hoy está configurada.
Este acontecimiento no hubiera tenido lugar sin el impulso de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, encabezados por su Superior, P. Patricio Mediavilla, que quedó nombrado en dicho acto Presidente Honorario.
La primera Junta de Gobierno quedó constituida, además de por el padre superior de la comunidad claretiana, en calidad de Presidente Honorario, por Francisco González como Hermano Mayor; José Guerra, Vicepresidente; Joaquín Roses, Secretario; Arturo Gil, Vicesecretario; Eduardo Toro, Contador; Rafael Acaiñas, Vicecontador; Antonio Dueñas, Tesorero; Luis Delgado, Vicetesorero; y por los Vocales: Rómulo González, Francisco Cea, José Priego, Rafael Morales, Bartolomé González, Fernando Flores y Francisco Díaz.
Una de las primeras decisiones que adoptó la Junta de Gobierno que reorganizó la hermandad, fue instaurar el segundo viernes de cada mes una función mensual en honor al Santísimo Cristo de la Expiración. La primera función se celebró el día 10 de mayo de 1918, con el siguiente desarrollo, por la mañana, Misa en el altar del Santísimo Cristo de la Expiración, y por la tarde, al toque de oraciones, Santo Rosario, Letanía cantada, ejercicio al Señor y canto del Miserere con el que finalizaba el acto.
Los actos cultuales del año de la reorganización se completaron con la Misa que en el altar del Señor se celebró el día 14 de septiembre de 1918, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
Del 22 al 26 de marzo de 1919, dentro del tiempo de cuaresma, se celebró el primer quinario que la corporación dedicó al Santísimo Cristo de la Expiración, ocupando la Sagrada Cátedra el P. Patricio Mediavilla.
Un hecho de suma importancia tuvo lugar el VIERNES SANTO DEL AÑO 1919, fecha en la que tras la reorganización y formando parte de la procesión oficial del Santo Entierro, LA COFRADÍA REALIZA SU PRIMERA ESTACIÓN DE PENITENCIA A LA SANTA IGLESIA CATEDRAL.
El hábito penitencial de los cofrades de la Expiración constaba de túnica negra, con cíngulo, cubrerrostro y capa de color morado.
En 1921 el número de hermanos había experimentado un crecimiento exponencial, alcanzando cifras muy elevadas para la época, al mismo tiempo, en estos primeros años, la corporación adquiere una notable presencia social, siendo prueba de ello que fuera invitada, junto a las autoridades y asociaciones más relevantes del momento, a la toma de posesión de Monseñor Adolfo Pérez Muñoz, como Obispo de la Diócesis de Córdoba, acto que tuvo lugar en el Palacio Episcopal el día 7 de noviembre de 1920.
Asimismo en septiembre de 1925 la hermandad participó en los distintos actos que se celebraron con motivo de la visita a Córdoba de Monseñor Antonio Pueyo del Val, Obispo de Pasto (Colombia), que incluyeron recepción en las Casas Consistoriales y velada en su honor. No debemos olvidar que a este Prelado, perteneciente a la congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, se debe la restauración de la Real Iglesia de San Pablo y que al Santísimo Cristo de la Expiración se le rindiera culto en dicho templo.
El calendario de cultos permanece inalterable hasta el inicio del año 1927, manteniéndose la función mensual en honor a Nuestros Sagrados Titulares, el solemne quinario al Santísimo Cristo de la Expiración -en tiempo de cuaresma-, Santa Misa el día 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, y a partir del año 1920, Misa el día 3 de mayo, fecha en la que la Iglesia celebra la fiesta de la Invención de la Santa Cruz.
Además de estos cultos propios, la corporación participaba esporádicamente en otros actos externos, como el acompañamiento al Santísimo que realizaba en la procesión organizada por la iglesia parroquial de San Lorenzo, con el fin de que los enfermos e impedidos cumplieran con el Precepto Pascual, o la participación en los ejercicios espirituales que la Comunidad de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María realizaba en la Real Iglesia de San Pablo.
En cuanto a la estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, desde el año 1919 al año 1926, la cofradía formó parte el Viernes Santo de la procesión oficial del Santo Entierro, si bien en el año 1922, pocos días antes de la salida, la hermandad tuvo que suspender la estación de penitencia por el mal estado en el que se encontraba su paso procesional.
3.- La Hermandad de la Expiración entre los años 1927 y 1942.-
En el mes de enero del año 1927 y con la elección del Marqués de Boil como Hermano Mayor de la corporación, se inicia una nueva etapa que se prolongaría hasta los últimos meses del año 1942.
Una de las primeras medidas que como Hermano Mayor adopta el Marqués de Boil, es dotar a la hermandad de unas nuevas Reglas, las cuales, además de establecer los fines de la corporación y los actos de culto que debía desarrollar, incluían novedosos preceptos que regulaban, la estructura organizativa, los derechos y obligaciones de los miembros que la integraban, así como, el destino de los bienes en caso de disolución. Las citadas Reglas entraron el vigor el día 30 de agosto de 1928, al ser aprobadas por el Vicario General de la Diócesis de Córdoba, Dr. D. Rafael García.
Una vez organizado el plano normativo, el interés de la Junta de Gobierno se centra en dar un mayor realce, tanto a los cultos que se dedicaban a los Sagrados Titulares, como a la estación de penitencia que el Viernes Santo realizaba la cofradía formando parte de la procesión oficial del Santo Entierro.
El primero de dichos objetivos se alcanzó al conceder el Prelado de la Diócesis de Córdoba, indulgencias, en la forma acostumbrada, a favor de los fieles y devotos que asistieran a la celebración del quinario en honor del Santísimo Cristo de la Expiración.
Asimismo, el Obispo de Córdoba otorgó a la corporación una curiosa prerrogativa, cual era, que todos los viernes del año, a las tres de la tarde, se tocaran treinta y tres campanadas en la Real Iglesia de San Pablo, con la finalidad de invitar a los fieles a rezar una oración al Santísimo Cristo de la Expiración, acto de piedad por el que el Prelado concedía cincuenta días de indulgencia. Esta medida supuso una nueva forma de rendir culto y extender la devoción a Nuestro Sagrado Titular, ya que determinaba una fecha y hora concreta para semanalmente ofrecerle una oración.
Con el fin de alcanzar la segunda de las aspiraciones, en el mes de julio de 1927, la Junta de Gobierno presidida por el Marqués de Boil, aprobó abrir una suscripción popular con el objeto de realizar un nuevo paso procesional para el Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del Silencio. Las aportaciones realizadas por un elevado número de devotos, junto a las llevadas a cabo por empresas, asociaciones e instituciones públicas -como el Excmo. Ayuntamiento de Córdoba o la Excma. Diputación Provincial-, hacen que en el mes de mayo de 1928 ya hubiera sido recaudada la suma a la que ascendía el proyecto. El contrato de ejecución fue suscrito con Guillermo Nieto Guerrero, artesano residente en Sevilla, el día 20 de febrero de 1928, siendo estrenado el nuevo paso procesional en la estación de penitencia del año 1929.
En el mes de mayo de 1930, la Marquesa de Boil hace donación a la corporación, para uso de la Dolorosa, de un extraordinario manto y saya de terciopelo negro, bordados en oro fino por las Religiosas Adoratrices. Es de destacar, que tras el tiempo trascurrido, las referidas piezas no han perdido el uso para el que fueron concebidas, siendo aún el manto y saya de salida que María Santísima del Silencio utiliza en la estación de penitencia.
Así pues, con las medidas episcopales, el nuevo paso procesional y las piezas donadas para el ajuar de la Dolorosa, la Junta de Gobierno alcanzó los objetivos que se había marcado tanto respecto de la estación de penitencia como de los cultos internos, lo que propició, en primer término y de forma indirecta, un aumento significativo en el número de hermanos.
En esta segunda etapa tras la reorganización, la cofradía realiza estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, formando parte de la procesión oficial del Santo Entierro, el Viernes Santo de los años 1927 a 1931, del año 1935 y de los años 1937 a 1941.
En los años 1932, 1933, 1934, y 1936, debido a la situación socio-política que vive el país, la corporación deja de realizar estación de penitencia, si bien, esta circunstancia no supuso el cese de actividad de la hermandad, ya que durante los referidos años mantuvo los actos cultuales internos que reglamentariamente tenía establecidos, es decir, la función mensual en honor a los Sagrados Titulares, solemne quinario al Santísimo Cristo de la Expiración -en tiempo de cuaresma-, y celebración de la Santa Misa, los días 3 de mayo, fiesta de la Invención de la Santa Cruz y 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
En el año 1942 la Hermandad de la Expiración se ve inmersa en una crisis institucional -en la que ya no influyen directamente factores exógenos-, cuya consecuencia inmediata es que en la Semana Santa de dicho año la cofradía deje de formar parte de la procesión oficial del Santo Entierro. La actividad de la corporación queda nuevamente reducida a la celebración de cultos internos, cuya organización se debe, en gran medida, al esfuerzo desarrollado por las damas camareras, encabezadas por María Rafaela Olivares y Ruiz del Burgo, Marquesa de Boil.
4.- Años 1943-1962. La integración de los estudiantes en la Hermandad de la Expiración.-
La crisis iniciada en los primeros meses de 1942 culmina en el mes de enero de 1943 con la elección de Pedro Moya Cerezuela como Hermano Mayor de la corporación. El nuevo Hermano Mayor se hace cargo de la hermandad con el propósito de dotarla de una nueva idiosincrasia.
A nivel institucional y como preámbulo de los cambios que se estaban operando, la corporación modifica su título adoptando el de “REAL VENERABLE E ILUSTRE HERMANDAD DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN”, antecedente directo del título que ostenta hoy en día.
En el aspecto social la hermandad pasa a estar integrada básicamente por JÓVENES ESTUDIANTES, que ayudaran de forma extraordinaria a dinamizar la institución. Prueba de la importancia de este colectivo es que en la asamblea general del año 1945 se decidiera incorporar al título de la corporación el apelativo de “COFRADÍA DE ESTUDIANTES”.
Desde una perspectiva estrictamente cofrade, el propósito del nuevo Hermano Mayor es restaurar el espíritu de las antiguas cofradías penitenciales de Semana Santa, proyectando al exterior una imagen de AUSTERIDAD Y PENITENCIA.
La estación de penitencia se realizaría en absoluto silencio, manteniendo los componentes del cortejo, durante todo el acto, un orden y compostura ejemplarizantes.
Para llevarlo a cabo se adquieren insignias acordes con la nueva impronta de la cofradía y se adopta un nuevo hábito penitencial, compuesto de túnica negra de cola, cubrerrosto de color negro, cinturón de esparto y alpargata sin calcetín.
Sobre estas bases, la cofradía vuelve a realizar estación de penitencia el Viernes Santo de 1943, si bien ese año, debido a las inclemencias meteorológicas, no lograr salir de la Real Iglesia de San Pablo.
Durante los años 1944 a 1946, la corporación realiza estación de penitencia como tradicionalmente lo venía haciendo, es decir, formando parte de la procesión oficial del Santo Entierro.
En el año 1947, la hermandad alcanza un anhelo histórico, cual es realizar estación de penitencia de forma autónoma, desvinculándose de la procesión oficial del Santo Entierro, no obstante, para conseguir dicho logro, la cofradía tuvo que aceptar el Martes Santo como día fijado para su salida procesional, en detrimento del Viernes Santo, día en el que históricamente la corporación realizaba dicho acto.
Al abandonar la procesión oficial del Santo Entierro, la cofradía deja de realizar estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, discurriendo el cortejo únicamente por el recorrido oficial, que solo incluye varias calles del centro comercial de la ciudad.
En el año 1956 la cofradía adopta un nuevo itinerario para su estación de penitencia, así, tras salir por primera vez a través de la puerta principal de la Real Iglesia de San Pablo y completar la carrera oficial, el cortejo se aleja de las calles del centro comercial, para discurrir por enclaves recoletos, como la plaza de San Miguel, la calle San Zoilo o la plaza de Capuchinos, junto a estos lugares que invitan a la oración, la cofradía transita por otros espacios que en contraste con los anteriores, no ayudan al recogimiento interior, sino que únicamente buscan contribuir a que la Semana Santa de Córdoba alcance un mayor esplendor, como por ejemplo, la escalonada cuesta del Bailío, que la cofradía desciende rodeada de un inmenso gentío. Siguiendo el modelo adoptado en 1956 la cofradía realiza estación de penitencia ininterrumpidamente hasta el año 1961.
En cuanto a los cultos internos, la corporación mantiene el quinario anual que en honor al Santísimo Cristo de la Expiración se celebra en tiempo de cuaresma, el cual se desarrolla en dos sesiones diarias, por la mañana Misa rezada y por la tarde, exposición del Santísimo, rosario, ejercicio del quinario y sermón.
Entre los años 1943 y 1956 la corporación vive una etapa floreciente, prueba de ello es el avance que la hermandad desarrolla a nivel patrimonial, así en el año 1943 se restaura la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, en 1945 Nuestros Sagrados Titulares son trasladados desde el altar donde se les rendía culto en la Real Iglesia de San Pablo a una capilla propia ubicada en la nave de la epístola del citado templo, en 1947 se ejecuta un nuevo paso procesional, realizado en estilo barroco por el artista de Ronda (Málaga), Julio Pajares Vilches -el cual es remodelado en el año 1956 por José Callejón-, y finalmente, en 1949 la comunidad claretiana cede a la corporación unas pequeñas dependencias dentro del convento, con destino a ubicar la secretaría de la hermandad y ser utilizadas asimismo como almacén para guardar enseres.
A partir de 1956 la actividad de la corporación comienza a decrecer, siendo éste un fenómeno que no solamente se observa en la hermandad de la Expiración, sino que a nivel general, va desapareciendo, paulatinamente, el entusiasmo que por las cofradías penitenciales existía en el periodo anterior.
Aunque la Junta de Gobierno se esfuerza en trasladar a los hermanos que es necesaria una intensa cooperación y que ser miembro de la hermandad no puede reducirse a pagar la cuota y vestir la túnica el Martes Santo, este esfuerzo no llega a fructificar, abriéndose un nuevo periodo de crisis que determina que en el año 1962 la cofradía no realice estación de penitencia.
5.- 1963-2016. La etapa contemporánea.-
El día 25 de marzo de 1963, Francisco Melguizo Fernández pronunció el pregón de la Semana Santa de Córdoba, en el desarrollo del acto el pregonero expuso la difícil situación en la que se encontraban varías cofradías cordobesas, entre ellas la hermandad de la Expiración, a la par que requería actuaciones que ayudaran a revertir dicha situación.
Respecto de la hermandad de la Expiración, este requerimiento fue atendido, casi de inmediato, por un grupo de jóvenes cofrades encabezados por José Flores Revuelto, quienes se hicieron cargo de la hermandad, anunciando que la cofradía realizaría estación de penitencia el Martes Santo de 1963.
Los actos de la Semana Santa de 1963, no se circunscribirían únicamente al desarrollo de la estación de penitencia, sino que incluyeron un besapié al Santísimo Cristo de la Expiración y Solemne Vía-Crucis, a celebrar respectivamente, el Domingo de Ramos y Lunes Santo de dicho año.
La actividad en los días previos a la Semana Santa se centró en la organización de la estación de penitencia y únicamente la lluvia impidió que la cofradía realizara dicho acto el Martes Santo de 1963.
Tras estos primeros meses de interinidad, en el mes de junio de 1963 es elegido Hermano Mayor de la corporación, José Flores Revuelto, iniciándose en la institución una nueva y larga etapa que se prolonga hasta nuestros días.
Entre las primeras medidas que adopta la Junta de Gobierno surgida de las elecciones, se encuentra el nombramiento de una comisión encargada de dotar a la hermandad de unas nuevas Reglas, las cuales tras su redacción y ratificación por el resto de hermanos, fueron aprobadas por el Vicario General de la Diócesis de Córdoba, Dr. D. Juan Jurado Ruiz, el día 16 de abril de 1966.
Asimismo, en el año 1964 la Junta de Gobierno nombra Hermano de Honor al Seminario Conciliar de San Pelagio, como signo de unión con dicha institución en particular y con la Iglesia Diocesana en general.
En esta etapa se concibe la hermandad como un proyecto colectivo en el que el grueso de los efectivos humanos debe participar en los acuerdos que se tomen y colaborar en el sostenimiento de la misma. Los integrantes de la Junta de Gobierno tienen como principal misión dinamizar esa presencia real del cofrade, puesto que la vitalidad de la corporación depende en gran medida de que esto se consiga.
Asimismo, el hermano de la Expiración debe ser un cristiano auténtico -conforme a las pautas marcadas por el Concilio Vaticano II-, y además de las prácticas religiosas, debe tener un compromiso social con los más necesitados.
Las nuevas directrices tienen como objetivo prioritario lograr una presencia más intensa de los hermanos, especialmente de los jóvenes, en el día a día de la corporación. Se instaura el lema “la hermandad es todo el año”, poniéndose en marcha una serie de NOVEDOSAS INICIATIVAS que intentan establecer un vínculo constante entre la institución y los hermanos.
Contribuye al éxito de lo anteriormente expresado, la creación en 1969 de una publicación periódica donde se informa a los hermanos del día a día de la hermandad, estableciéndose asimismo por esta vía una conexión de enorme interés y trascendencia.
A nivel formativo se impartirán cursillos para la juventud, conferencias sobre temática cofrade o clases particulares para estudiantes, estas sesiones formativas se simultanearan con la organización de pregones, competiciones deportivas, o simplemente conversando en los amplios salones que la comunidad claretiana cedió a la hermandad en el año 1972 y que se encuentran abiertos a la sociedad cordobesa todos los días del año.
Asimismo la hermandad organiza otra serie de actividades cuyo público objetivo no son únicamente los miembros de la institución, sino que van dirigidas a cualquier persona interesada en la Semana Santa, como por ejemplo, el ciclo de conferencias denominado “Los viernes de la Expiración” o el programa de radio “Córdoba Cofradiera” que la corporación patrocinó en Radio Popular.
En el año 1974 la Expiración es la primera hermandad penitencial en instalar una caseta en la feria de mayo de Córdoba, cuyo objetivo, además de fomentar la convivencia entre los hermanos, es que cualquier persona, ya sea cofrade o no, e independientemente de su clase o posición social, tenga un lugar de acceso abierto, donde poder reunirse y en sana diversión disfrutar de la fiesta. Esta iniciativa sería imitada años más tarde por otras instituciones, llegando a convertirse en el antecedente del modelo de feria que actualmente el Excmo. Ayuntamiento de Córdoba tiene implantado para la ciudad.
La constante presencia de jóvenes en la hermandad hace que el día 26 de septiembre de 1974 se constituya el GRUPO JOVEN de la corporación, siendo éste el primer grupo de estas características que se organiza en la ciudad de Córdoba. Cuenta con su propia junta directiva a través de la cual transmite a la Junta de Gobierno sus inquietudes y proyectos.
Otra de las realidades actuales en la que fue pionera la institución, fue la creación en el año 1975 de la primera cuadrilla de hermanos-costaleros de Córdoba. A partir de dicha fecha portaran sobre sus hombros el paso del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del Silencio y dos años más tarde levantarán el paso de palio de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada.
Esta iniciativa fue imitada paulatinamente por el resto de las cofradías cordobesas, siendo fuente de revitalización del movimiento cofrade, ya que originó la integración de la juventud en corporaciones penitenciales, en las que hasta dicho momento, no había tenido cabida.
En lo que respecta a LABOR SOCIAL, la preocupación y compromiso de la institución han sido constantes. En un momento en el que no era usual pensar que el compromiso con los demás fuera un fin esencial de las hermandades penitenciales, la cofradía de la Expiración le dio FUERZA NORMATIVA, conteniendo las Reglas aprobadas en el año 1966, un capítulo que regulaba dicho aspecto y en el que se establecía, de manera taxativa, la parte de los ingresos de la corporación que a través de Caritas Diocesana se destinaría a obra social.
Hoy en día la OBRA SOCIAL de la hermandad se desarrolla fundamentalmente a través de la O.N.G. claretiana PROCLADE BETICA y de CARITAS DIOCESANA, así como, y dada la vinculación histórica que la corporación tiene con el movimiento estudiantil, apoyando proyectos que redunden en beneficio de los estudiantes más necesitados, ya sea otorgando becas o dotándoles de determinadas infraestructuras.
Asimismo la hermandad promueve en distintas épocas del año recogidas de alimentos que posteriormente hace llegar a parroquias y dispensarios de barrios marginales, para su distribución entre quien más lo necesita.
En el año 1968 la Hermandad de la Expiración celebró las bodas de oro de su reorganización, conjugándose en el programa, actos religiosos, como la Santa Misa seguida del canto del Te Deum que el día 3 de marzo de 1968 fue celebrada en la Real Iglesia de San Pablo, junto a actos de compromiso social, como el acompañamiento de ancianos y las comidas que se organizaron en distintos asilos y residencias de la ciudad.
El aspecto patrimonial también tuvo cabida dentro de los actos del L aniversario de la reorganización, estrenándose en dicho año el paso de estilo barroco, en el que actualmente procesionan el Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del Silencio, obra de Luis Aguilera Bernier.
En diciembre de 1968 y previo expediente de justificación teológica, el Obispado de Córdoba autorizó que a la Dolorosa de la corporación se le rindiera culto bajo el título de “MARÍA SANTÍSIMA DEL SILENCIO”.
María Santísima del Silencio fue coronada el día 7 de diciembre de 1970, por el Superior de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, P. Carlos Díaz Muñiz, por delegación del vicario capitular, D. Juan Jurado, al hallarse vacante la sede episcopal. La corona que le fue impuesta, realizada en plata de ley sobredorada, fue ejecutada expresamente para dicha solemnidad por el orfebre cordobés Francisco Díaz Roncero.
La capilla neomudejar de la Real Iglesia de San Pablo, ubicada al pie de la nave de la epístola, es cedida a la hermandad por los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, con el objeto de que en la misma se rindiera culto a Nuestros Sagrados Titulares, tras su restauración y acondicionamiento, dicha capilla fue bendecida el día 8 de diciembre de 1972, por D. Alonso García Molano, Vicario General de la Diócesis de Córdoba, quien en dicho acto destacó la labor de tipo religioso, social y cultural que realizaba la corporación.
En el mes de mayo de 1973 siendo hermano mayor Rafael Zafra León, se encarga al imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte la realización de una nueva talla de Virgen. En este encargo interviene de manera muy activa el capuchino fray Ricardo de Córdoba, persona muy vinculada a la hermandad y al que se debe el diseño de prácticamente la totalidad de los bordados que posee la corporación.
La nueva imagen es bendecida el día 6 de octubre de 1973 por el Obispo de la Diócesis de Córdoba, Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José María Cirarda Lachionodo, bajo la advocación de “NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO EN SUS MISTERIOS DOLOROSOS”.
Con la incorporación como titular de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, la corporación modifica su título pasando a denominarse “REAL VENERABLE E ILUSTRE HERMANDAD DE PENITENCIA Y COFRADÍA DE NAZARENOS DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN, MARÍA SANTÍSIMA DEL SILENCIO Y NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO EN SUS MISTERIOS DOLOROSOS”, así como, el hábito penitencial, incluyendo el ROSARIO.
La celebración en 1993 del 75 aniversario de la reorganización de la Hermandad de la Expiración, motivó que se desarrollaran una serie de cultos extraordinarios, entre los que podemos destacar, el quinario extraordinario que tuvo lugar entre los días 25 y 29 de octubre de 1993, o las celebraciones Eucarísticas que con motivo de la apertura y cierre de los actos de dicha efeméride tuvieron lugar, respectivamente, los días 15 de enero de 1993 y 18 de diciembre de 1993.
Paralelamente a estos cultos internos la corporación organizó una serie de actividades culturales y formativas, como la presentación de un cartel alusivo al aniversario, obra de Luis Álvarez Duarte; conferencias a cargo de distintos pregoneros tanto de la Semana Santa de Córdoba como de la de Sevilla; presentación del libro titulado “La cofradía de la Expiración y la Semana Santa cordobesa durante los siglos XVII al XX”, obra del catedrático D. Juan Aranda Doncel; así como la exposición “Orfebrería y bordados de la Expiración”.
Asimismo, con motivo de dicho acontecimiento fueron entregados diversos donativos extraordinarios a distintas parroquias e instituciones, incrementándose la obra social que habitualmente desarrollaba la corporación.
El día 31 de octubre de 1993 tiene lugar en la Santa Iglesia Catedral, la CORONACIÓN CANÓNICA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO EN SUS MISTERIOS DOLOROSOS, acto de gran relevancia tanto interna como externa y que debido a su importancia trataremos en un epígrafe aparte.
La hermandad de la Expiración, se rige actualmente por las Reglas aprobadas por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Francisco Javier Martínez Fernández, Obispo que fue de la Diócesis de Córdoba, mediante decreto de fecha 26 de mayo de 2000.
Al redactar el citado texto normativo y debido a la histórica vinculación que la corporación mantiene con los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, los hermanos de la Expiración decidieron que San Antonio María Claret, fundador de la referida congregación religiosa, fuera incluido como cotitular de la hermandad, modificándose el título de la corporación que pasó a ser “REAL VENERABLE E ILUSTRE HERMANDAD DE PENITENCIA Y COFRADÍA DE NAZARENOS DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN, MARÍA SANTÍSIMA DEL SILENCIO, NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO EN SUS MISTERIOS DOLOROSOS CORONADA Y SAN ANTONIO MARÍA CLARET”, título que ostenta en la actualidad.
Desde 1963 hasta nuestros días, la estación de penitencia se concibe como un acto en el que el hermano puede meditar en privado la Pasión de nuestro señor, los Dolores de su afligidísima Madre o los Misterios del Santo Rosario, se desarrolla en perfecto orden y silencio, sin que los cofrades puedan mirar atrás ni al público que pudiera verlos pasar.
La primera estación de penitencia de esta etapa se desarrolla el Martes Santo de 1964 y presenta como rasgo peculiar una austeridad y recogimiento no conocidos en la Semana Santa de Córdoba, acentuándose el carácter de hermandad de silencio que ya poseía la corporación.
En cuanto al hábito penitencial únicamente presenta una novedad respecto al anteriormente establecido, cual es la sustitución de la alpargata por zapato negro, si bien se matiza que la cola de la túnica se ha de llevar recogida.
Hasta el año 1969 el cortejo procesional está formado por un solo paso en el que van el Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del Silencio. El Martes Santo de 1970 se estrena el actual paso de palio de la hermandad donde María Santísima del Silencio procesionaría hasta el año 1973.
Este paso de palio es obra del orfebre cordobés Francisco Díaz Roncero, está ejecutado en metal plateado y estéticamente se inscribe en el barroco, siendo de los denominados de “cajón”. En los años 1989 y 1990 se incorporan a las capillas de los respiraderos la serie de figuras que representan santos y santas de las órdenes franciscana y dominica, realizadas en plata de ley por el orfebre Francisco Díaz Roncero, asimismo, en 1988 se incorporó a la calle central del paso un relicario cincelado en plata de ley en los talleres Villarreal de Sevilla, que contiene reliquia ósea de San Antonio María Claret.
La estación de penitencia de 1974 ofrece como novedad la presencia de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos y la ausencia de María Santísima del Silencio, que no volverá a formar parte de la estación de penitencia hasta el Martes Santo de 1975, incorporándose de nuevo al paso del Santísimo Cristo de la Expiración.
En el año 1978 la estación de penitencia se traslada al VIERNES SANTO, recuperando la corporación el día en que históricamente realizaba dicho acto.
Los bordados del palio y manto de salida de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, fueron ejecutados por las Madres Filipenses del Convento de Santa Isabel de Sevilla, siguiendo el diseño efectuado por el capuchino fray Ricardo de Córdoba. La primera obra se pudo contemplar terminada en la Semana Santa de 1979 y el Viernes Santo de 1982 se estrena el excepcional manto de salida de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, que junto al bordado en hilo de oro fino y plata, combina sedas del siglo XVIII, pedrería montada sobre plata de ley y diferentes tallas de marfil.
Los hermanos de la corporación, reunidos en cabildo general ordinario, acordaron que a partir del Viernes Santo del año 1994, Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada, fuera acompañada por una banda de música de plantilla completa, interpretándose a partir de dicha fecha, tras el palio de la Dolorosa, un cuidado repertorio de marchas fúnebres y solemnes.
Asimismo, varios años más tarde se incorporó al cortejo, antecediendo al paso del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del Silencio, un trio de música de capilla, que interpreta piezas de carácter fúnebre y honda religiosidad.
Hay que señalar que la introducción en el cortejo tanto de la banda de música como del trío de música de capilla, no supuso en modo alguno la perdida del carácter de hermandad de silencio que ostentaba la corporación, sino que por el contrario, la interpretación de un apropiado repertorio de piezas musicales acordes a la idiosincrasia de la cofradía, ayuda a crear un ambiente de recogimiento que favorece la meditación e invita a la oración.
El Viernes Santo del año 1996, tras medio siglo de paréntesis, la cofradía realiza ESTACIÓN DE PENITENCIA A LA SANTA IGLESIA CATEDRAL, dotando de auténtico sentido a la salida procesional que desde ese momento será verdadera ESTACIÓN DE PENITENCIA. En el interior de las naves catedralicias los cofrades de la Expiración adoran a la Santa Cruz, dando auténtico testimonio público de Fe en Cristo Jesús.
Además del patrimonio mueble citado a lo largo del presente epígrafe, la hermandad ha incorporado en esta etapa diferentes piezas de orfebrería y bordado, respecto de las cuales la corporación siempre ha intentado que cumplan dos características fundamentales, la primera, que tengan sentido y justificación tanto en la estación de penitencia como en el resto de los actos de culto en las que van a ser utilizadas, y la segunda, que por su diseño, ejecución y materiales empleados, sean verdaderas obras de arte, dignas de legado a las generaciones venideras.
Constituyen el patrimonio musical de la Hermandad de la Expiración, conformado en su totalidad en esta etapa, la marcha fúnebre “Expirando en tu Rosario” obra del insigne compositor sevillano Antonio Pantión Pérez, la marcha procesional titulada “El Santo Rosario” compuesta por el joven músico cordobés Alfonso Lozano Ruiz, y varias piezas de música de capilla, compuestas por el director musical y hermano de la corporación, José Antonio Varo Mora, entre las que destacan el motete titulado “Cristo de la Expiración” y el conjunto de tres piezas nombrado “Coplas al Cristo de la Expiración”.
Los cultos internos que actualmente celebra la hermandad, son los siguientes: quinario al Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del Silencio; fiesta principal de instituto en la que los hermanos realizan protestación pública de Fe; besapié al Santísimo Cristo de la Expiración; Vía-Crucis con la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración; besamanos a María Santísima del Silencio y a Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada, en los meses de marzo y noviembre, respectivamente; triduo a Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada, durante los tres días previos a la celebración de su festividad; el día 7 de octubre, fiesta de regla, con admisión pública de hermanos y acatamiento y promesa de reglas; y finalmente el día 31 de octubre, Misa aniversario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos. Además de los cultos anteriormente citados, la Junta de Gobierno está facultada para organizar cualquier otro acto de culto, cuando exista motivo para ello, siempre de acuerdo con el consiliario.
En cuanto a la celebración de la Eucaristía, el primer viernes de cada mes se celebra Misa de Hermandad en la capilla de Nuestros Sagrados Titulares y en el mes de noviembre Misa de Difuntos en sufragio de todos los hermanos fallecidos durante el año.
Además de estos cultos propios, la hermandad participa activamente en el triduo que, en el mes de octubre, la comunidad claretiana celebra en honor a San Antonio María Claret.
Estos actos de culto interno apenas han sufrido variaciones a lo largo de esta etapa y su configuración es prácticamente la misma desde la bendición de la imagen de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada.
6.- La Coronación Canónica de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos.
Con el objeto de transmitir al Prelado los actos que la corporación iba a desarrollar con motivo del 75 aniversario de su reorganización, la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Expiración es recibida en audiencia por el Obispo de la Diócesis de Córdoba el día 24 de enero de 1992.
Este encuentro, de carácter meramente protocolario en su génesis, resultaría ser de enorme trascendencia en la historia de la hermandad, ya que durante el transcurso del mismo Monseñor José Antonio Infantes Florido, alentó a los cofrades de la Expiración a solicitar la Coronación Canónica de su titular, Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, al considerar que dicha imagen recogía el amor y la veneración que los fieles cordobeses han tributado desde el siglo XVIII a la Virgen del Rosario, al mismo tiempo que reconocía el sello mariano de la cofradía y la particular devoción que la hermandad profesaba al Santo Rosario.
Tras esta reunión la Junta de Gobierno convocó un Cabildo General Ordinario de hermanos a celebrar el día 26 de abril de 1992, acordándose en el mismo iniciar el expediente de Coronación Canónica.
Este acuerdo supuso el inicio de un intenso trabajo, en el que recogieron más de 10.000 adhesiones, entre las que se encontraban, las correspondientes a los miembros del Cabildo Catedralicio y del Seminario Conciliar de San Pelagio, más de veinte comunidades parroquiales y religiosas, medio centenar de hermandades penitenciales y de gloria, así como, las correspondientes a distintas asociaciones culturales y recreativas de la ciudad
El expediente de Coronación Canónica, que además de las adhesiones anteriormente citadas, incluía la solicitud de la hermandad y el informe justificativo, fue elevado al Obispado de Córdoba, el día 3 de julio de 1992.
El día 7 de octubre de 1992, festividad de Nuestra Señora del Rosario, el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José Antonio Infantes Florido, promulgó un Decreto Episcopal en el que con las palabras que seguidamente se transcriben, aprobó la Coronación Canónica de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos.
“DECRETAMOS QUE LA SAGRADA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO EN SUS MISTERIOS DOLOROSOS, VENERADA EN LA REAL IGLESIA DE SAN PABLO DE CÓRDOBA, SEA DISTINGUIDA CON EL HONOR DE LA CORONACIÓN CANÓNICA.”
La lectura del decreto tuvo lugar el día 7 de octubre de 1992, mismo día en el que fue promulgado, durante el transcurso del Pontifical presidido por el Prelado de la Diócesis en la Real Iglesia de San Pablo.
Con motivo de la Coronación Canónica de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, fueron organizados distintos actos de carácter cultural y formativo, como la presentación de un cartel alusivo al acto, obra de Luis Álvarez Duarte; ciclo mariológico de conferencias; o el pregón de la coronación a cargo de fray Ricardo de Córdoba.
Asimismo, como parte de la labor social llevada a cabo en virtud de este acontecimiento, podemos destacar los donativos ofrecidos a la comunidad parroquial del Polígono del Guadalquivir, el importe de una beca para estudiar en el Seminario Conciliar de San Pelagio, o el almuerzo servido a los ancianos acogidos en el asilo Madre de Dios.
Durante los días 4, 5 y 6 de octubre de 1993, se celebró en la Real Iglesia de San Pablo un triduo preparatorio a la Coronación Canónica, que tendría lugar el día 31 de octubre de 1993, en la Santa Iglesia Catedral.
La tarde del día 30 de octubre de 1993, tras la celebración de la Santa Misa en la Real Iglesia de San Pablo, las imágenes del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Silencio y Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, fueron trasladadas a la Santa Iglesia Catedral.
El día 31 de octubre de 1993, Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, fue coronada canónicamente en la Santa Iglesia Catedral, convirtiéndose en la primera imagen mariana que en el interior de las naves catedralicias fuera distinguida con dicho honor.
La Misa Pontifical de coronación comenzó a las cinco y media de la tarde, siendo presidida por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José Antonio Infantes Florido, Obispo de la Diócesis de Córdoba y concelebrada por varias decenas de sacerdotes.
El acto de coronación se llevó a cabo en el ofertorio de la celebración eucarística, momento en el cual el Prelado de la Diócesis de Córdoba, impuso la nueva presea a Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, actuando como padrinos de la ceremonia la Congregación de Hijas de María Santísima de los Dolores y de San Felipe Neri y la Congregación de Misioneros Hijos del Corazón de María.
La corona impuesta, sufragada en gran medida con la aportación de los cofrades y devotos, es una magnífica pieza de orfebrería, diseñada por el autor de la Sagrada Imagen, Luis Álvarez Duarte, y cincelada en el taller “Francisco Díaz Roncero e Hijos”. Es una obra de corte clásico en la que se conjugan las más puras líneas de distintos estilos como el renacimiento y el barroco, está ejecutada en oro, encontrándose cincelada a doble cara con molduras en relieve y enriquecida con zafiros y brillantes, rematándose la pieza con una cruz de esmeraldas finas montadas al hilo.
Una vez concluida la Misa Pontifical, los titulares de la Hermandad de la Expiración, volvieron en procesión a la Real Iglesia de San Pablo, siendo acompañada Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada, tras su paso de palio, por la Banda de Música del Regimiento de Infantería Soria Nº 9, con sede en Sevilla.
Los actos programados con motivo de la Coronación Canónica de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos se cierran, con un triduo de acción de gracias, un besamanos extraordinario a la Sagrada Imagen y una misa ofrecida en sufragio del benemérito P. Antonio María Pueyo del Val y de los miembros de la hermandad fallecidos.
Como final de estas notas históricas queremos destacar las palabras de reconocimiento que el Excmo. Ayuntamiento de Córdoba, a través de su actual alcaldesa, Dª. Isabel Ambrosio Palos, ha dedicado a la Hermandad de la Expiración, que son fiel reflejo de los valores e inquietudes por los que esta corporación ha trabajado a lo largo de historia:
“El Ayuntamiento de Córdoba reconoce los valores sociales, culturales e históricos de esta Institución, así como su carácter pionero en la transformación de las Cofradías y la Semana Santa de Córdoba en el último cuarto del siglo XX, cambios que hoy permanecen y están consolidados.”
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
- ARCHIVO DE REAL, VENERABLE E ILUSTRE HERMANDAD DE PENITENCIA Y COFRADÍA DE NAZARENOS DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN, MARÍA SANTÍSIMA DEL SILENCIO, NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO EN SUS MISTERIOS DOLOROSOS CORONADA Y SAN ANTONIO MARÍA CLARET.
- LA COFRADÍA DE LA EXPIRACIÓN Y LA SEMANA SANTA CORDOBESA DURANTE LOS SIGLOS XVII AL XX.- Juan Aranda Doncel.- Córdoba 1993.-
- SEMANA SANTA EN CÓRDOBA.- Varios autores.- Córdoba 1989.-
- BIBLIOTECA VIRTUAL DE PRENSA HISTÓRICA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.-
- DIARIO CÓRDOBA.-
- DIARIO ABC.-